SECTORES

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sábado, 31 de enero de 2015

Círculo virtuoso.

Existe un alto grado de correlación entre la sofisticación de la canasta productiva y el crecimiento económico.

La sofisticación o grado de contenido innovador se calcula, primero, para cada producto exportado con ventaja comparativa, y en segundo lugar, para el conjunto de la canasta exportadora del país.

                                   

Los países que tienen una canasta exportadora con mayor intensidad tecnológica son también aquéllos que tienen un ritmo acelerado y sostenido de crecimiento, tales como Corea, República Popular China, Singapur o Austria. Son países que se han "arriesgado" a producir bienes de alta intensidad tecnológica y se han ido transformando en economías modernas con crecimiento elevado y alta productividad, mientras que los países que no lo hacen permanecen en condiciones de atraso.

Con exportaciones de baja intensidad tecnológica, Colombia crece a un ritmo menos rápido que dichos países y por debajo de su propio potencial de crecimiento. Como exportamos bienes de país pobre, nos mantenemos realmente a nivel de país "pobre".

Es conveniente, pues, subrayar el círculo virtuoso entre innovación y transformación productiva:

- La innovación eleva la productividad y la calidad - competitividad estratégica -lo cual facilita la diversificación hacia productos de mediana y alta tecnología.
- A su vez, la transformación productiva induce la innovación, ya que el contacto con mercados sofisticados presiona el cumplimiento de elevados estándares de calidad y oportunidad en la entrega y facilita la transferencia de la tecnología requerida por nichos exigentes del mercado global.


                                                


Cuatro frenos a la diversificación y sofisticación.

Entre las causas del precario ritmo de diversificación de la oferta productiva colombiana, cabe señalar las siguientes:
La existencia de una externalidad negativa o desestímulo para iniciar nuevas actividades productivas, pues cuando un empresario pionero "descubre" un nuevo negocio atractivo en el país, sus competidores pueden acceder fácilmente a ese conocimiento, y ante ese riesgo, el primero pierde el incentivo apropiado a su esfuerzo.
Para los empresarios que no han invertido tiempo y recursos en desarrollar el conocimiento requerido para investigar la estructura de costos correspondiente[5] y para poner en marcha el nuevo negocio, se trata de una externalidad positiva o beneficio gratuito.
Otro freno a la diversificación es la "distancia"[6] entre productos, es decir, la dificultad de que las nuevas actividades sean compatibles con la capacidad empresarial instalada en el país, dada cierta proximidad tecnológica y productiva.



La diversificación resulta en principio, más fácil cuando las nuevas empresas pueden utilizar la infraestructura productiva ya instalada y el capital humano existente. En América Latina, un promedio del 91 por ciento de las nuevas actividades se origina en sectores tradicionales, y apenas el 9 por ciento proviene de nuevos sectores.
En tercer lugar, la lentitud en la transformación productiva se agrava ante la ausencia o la debilidad de la política pública para impulsar activamente la diversificación y el emprendimiento, lo que ha llevado a situaciones de estancamiento como la colombiana, agravadas por el bajo contenido de innovación.

Se debe señalar también que la "captura" del Estado por estamentos tradicionales con intereses creados, se constituye en una traba real y un obstáculo potencial para la transformación productiva.


El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lidera dos estrategias complementarias: estimular a sectores tradicionales, pero agregando innovación ("más y mejor de lo mismo"), e impulsar el desarrollo de sectores nuevos y emergentes de clase mundial. Una primera ola identificó en 2008 los ocho sectores en industria y servicios con mayor potencial para la transformación productiva, aplicando los siguientes filtros:




Sectores con un potencial de creación de valor agregado por empleado mayor de noventa mil dólares al año;
- Volumen del mercado mundial por encima de diez mil millones de dólares;
- Tasa de crecimiento del mercado mundial superior al promedio (o sea mayor de 15 por ciento);
- Alta o mediana intensidad tecnológica;
- Exportaciones incipientes en la actualidad (por encima de 10 millones de dólares en bienes y 2 millones de dólares en servicios);
- Grado de organización sectorial: el gremio correspondiente se comprometió a cofinanciar la elaboración del plan de negocio del sector.

Colombia está atrasada.

El aparato productivo colombiano necesita una profunda transformación para insertarse con éxito a la economía mundial. Un trabajo de la Corporación Andina de Fomento (CAF)[1] propone un proceso de transformación productiva en dos etapas:

La primera, donde se logra diversificar la producción nacional, se apoya en políticas explícitas de impulso al aumento de la productividad, incorporando a su oferta bienes que no necesariamente son nuevos para el mundo, pero que se producen o exportan por primera vez en el país.

Y una segunda etapa, donde los países alcanzan una especialización selectiva en producir bienes de alta y mediana tecnología, para lo cual deben recurrir a la generación de conocimiento y su traducción en innovación en el sistema productivo.



Sobre la base de un amplio panel de países, se observa una relación positiva entre diversificación de la oferta productiva y crecimiento del PIB per cápita, hasta un cierto límite: veinte mil dólares. A partir de ahí se requiere una especialización selectiva, basada en sectores claves con contenido innovador.

En el caso colombiano, el cambio en el patrón de especialización ha sido extremadamente lento: alrededor del 50 por ciento de los ítems industriales son los mismos de hace un siglo. De otra parte, en cuanto a la intensidad tecnológica de nuestra canasta exportadora, el mayor peso todavía lo tienen las commodities (materias primas o productos primarios con muy poco valor agregado).

COLOMBIA: Hacia una economía realmente productiva.

Seguimos exportando bienes y servicios con poco valor agregado, con un lento ritmo de diversificación y las innovaciones productivas son escasas. Pero podríamos crecer de manera acelerada si el Estado reorienta su política de transformación productiva hacia sectores de clase verdaderamente mundial, seleccionados sobre bases objetivas.



COLOMBIA: Sectores de produccion.

Los sectores productivos o económicos son las distintas ramas o divisiones de la actividad económica, atendiendo al tipo de proceso que se desarrolla. Se distinguen cinco grandes sectores denominados primario, secundario, terciario, cuaternario y quinario.

Sector primario

El sector primario está formado por las actividades económicas relacionadas con la transformación de los recursos naturales en productos primarios no elaborados. Usualmente, los productos primarios son utilizados como materia prima en otros procesos de producción en las producciones industriales. Las principales actividades del sector primario son la agricultura, la minería, la ganadería, la silvicultura, la apicultura, la acuicultura, la caza, la pesca y piscicultura.



Sector secundario

El sector secundario reúne la actividad artesanal e industrial manufacturera, mediante las cuales los bienes provenientes del sector primario son transformados en nuevos productos. Abarca también la industria de bienes de producción, tales como materias primas artificiales, herramientas, maquinarias, etc.



Sector terciario o de servicios

El sector terciario se dedica, sobre todo, a ofrecer servicios a la sociedad, a las personas y a las empresas, lo cual significa una gama muy amplia de actividades que está en constante aumento. Esta heterogeneidad abarca desde el comercio más pequeño, hasta las altas finanzas o el Estado. Es un sector que no produce bienes, pero que es fundamental en una sociedad capitalista desarrollada. Su labor consiste en proporcionar a la población todos los productos que fabrica la industria, obtiene la agricultura e incluso el propio sector servicios. Gracias a ellos tenemos tiempo para realizar las múltiples tareas que exige la vida en la sociedad capitalista de consumo de masas: producir, consumir y ocupar el tiempo de ocio.



Sector cuaternario o de información



El sector cuaternario es un sector de reciente concepción que complementa a los tres sectores tradicionales, con actividades relacionadas con el valor intangible de la información, abarcando la gestión y la distribución de dicha información. Dentro de este sector se engloban actividades especializadas de investigación, desarrollo, innovación e información. Este nuevo enfoque surge del concepto de sociedad de la información o sociedad del conocimiento, cuyos antecedentes se remontan al concepto de sociedad post-industrial, acuñado por Daniel Bell.