Existe un alto grado de correlación entre la sofisticación de la canasta productiva y el crecimiento económico.
La sofisticación o grado de contenido innovador se calcula, primero, para cada producto exportado con ventaja comparativa, y en segundo lugar, para el conjunto de la canasta exportadora del país.
Con exportaciones de baja intensidad tecnológica, Colombia crece a un ritmo menos rápido que dichos países y por debajo de su propio potencial de crecimiento. Como exportamos bienes de país pobre, nos mantenemos realmente a nivel de país "pobre".
Es conveniente, pues, subrayar el círculo virtuoso entre innovación y transformación productiva:
- La innovación eleva la productividad y la calidad - competitividad estratégica -lo cual facilita la diversificación hacia productos de mediana y alta tecnología.
- A su vez, la transformación productiva induce la innovación, ya que el contacto con mercados sofisticados presiona el cumplimiento de elevados estándares de calidad y oportunidad en la entrega y facilita la transferencia de la tecnología requerida por nichos exigentes del mercado global.
Cuatro frenos a la diversificación y sofisticación.
Entre las causas del precario ritmo de diversificación de la oferta productiva colombiana, cabe señalar las siguientes:
La existencia de una externalidad negativa o desestímulo para iniciar nuevas actividades productivas, pues cuando un empresario pionero "descubre" un nuevo negocio atractivo en el país, sus competidores pueden acceder fácilmente a ese conocimiento, y ante ese riesgo, el primero pierde el incentivo apropiado a su esfuerzo.
Para los empresarios que no han invertido tiempo y recursos en desarrollar el conocimiento requerido para investigar la estructura de costos correspondiente[5] y para poner en marcha el nuevo negocio, se trata de una externalidad positiva o beneficio gratuito.
Otro freno a la diversificación es la "distancia"[6] entre productos, es decir, la dificultad de que las nuevas actividades sean compatibles con la capacidad empresarial instalada en el país, dada cierta proximidad tecnológica y productiva.
La diversificación resulta en principio, más fácil cuando las nuevas empresas pueden utilizar la infraestructura productiva ya instalada y el capital humano existente. En América Latina, un promedio del 91 por ciento de las nuevas actividades se origina en sectores tradicionales, y apenas el 9 por ciento proviene de nuevos sectores.
En tercer lugar, la lentitud en la transformación productiva se agrava ante la ausencia o la debilidad de la política pública para impulsar activamente la diversificación y el emprendimiento, lo que ha llevado a situaciones de estancamiento como la colombiana, agravadas por el bajo contenido de innovación.
Se debe señalar también que la "captura" del Estado por estamentos tradicionales con intereses creados, se constituye en una traba real y un obstáculo potencial para la transformación productiva.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lidera dos estrategias complementarias: estimular a sectores tradicionales, pero agregando innovación ("más y mejor de lo mismo"), e impulsar el desarrollo de sectores nuevos y emergentes de clase mundial. Una primera ola identificó en 2008 los ocho sectores en industria y servicios con mayor potencial para la transformación productiva, aplicando los siguientes filtros:
Sectores con un potencial de creación de valor agregado por empleado mayor de noventa mil dólares al año;
- Volumen del mercado mundial por encima de diez mil millones de dólares;
- Tasa de crecimiento del mercado mundial superior al promedio (o sea mayor de 15 por ciento);
- Alta o mediana intensidad tecnológica;
- Exportaciones incipientes en la actualidad (por encima de 10 millones de dólares en bienes y 2 millones de dólares en servicios);
- Grado de organización sectorial: el gremio correspondiente se comprometió a cofinanciar la elaboración del plan de negocio del sector.